Nuevos Rostros: Entrevista a Diana Zela. (ESPAÑOL)

“Yo he escuchado el «No lo vas a lograr y no lo vas a hacer y nunca vas a ser tan buena » en la escuela, en la casa, así… todo el tiempo, pero aquí sigo y me he aferrado porque me gusta y me hace feliz”
-Diana Zela

Conocí a Diana Zela en un RTP… bueno, no la conocí. Ahí fue la primera vez que la vi. Eran las seis de la mañana y de esas pocas veces que yo no llevaba mis audífonos, por lo que no pude distraerme y sin quererlo le preste atención.

No recuerdo qué tanto frío hacía pero me acuerdo que ella iba con gorra, una chamarra y una bufanda. Se sentó en uno de esos lugares que van a la altura de las llantas, esos lugares que te permiten llevar las piernas un poco más arriba y ella aprovechó para dejar su libro sobre sus piernas mientras iba leyendo. Luego de un minuto de verla, tal vez dos, pude darme cuenta de que su lectura la tenía dentro de un domo invisible. Era un domo que sólo lo podían ver las personas que tenían la fortuna de detenerse a observar dentro del caótico y apresurado ritmo de la vida citadina.

Ese día me di cuenta de que estudiábamos en la misma universidad, pero nunca coincidimos, hasta dos años después en alguna clase y que por casualidad tuvimos que escribir algo juntas. Diana tiene una manera muy peculiar de ver las cosas, una sensibilidad y a veces una ternura, que puedes encontrar en sus trabajos.

Nació en la CDMX, en el 91, la menor de cuatro y residente de Iztapalapa, platica su contexto familiar con mucho amor, admiración y respeto. Su madre, llegó a la Ciudad de México en el 64, cuando la abuela de Diana decidió separarse de su pareja por violencia doméstica. La crianza de puercos, vender cosas y mucho esfuerzo, le permitieron a su abuela que todos sus hijos pudieran tener educación. La mamá de Diana decidió estudiar una Carrera Técnica en Enfermería y se dedicó a trabajar siete días a la semana luego de separarse; esto, cuando Diana tenía cuatro años.

Diana tomó la orientación de Ilustración de la carrera de Diseño y Comunicación Visual en la antes Escuela Nacional de Artes Plásticas de la UNAM, ahora FAD. También un Diplomado de Ilustración Científica y ha desarrollado una micro empresa de encuadernación.

Diana Zela Vázquez

Diana Zela en su estudio.

MAFA: ¿Crees que hubo algo en tu infancia que te dijo: «Me quiero dedicar a esto»? ¿Algo que te hizo saber desde ese momento que querías ser ilustradora?

Tengo un tío que es como… dibuja. Hace serigrafía y playeras; él fue el que metió a mi hermano a dibujar. Mi hermano también es ilustrador, pero es ocho… nueve años mayor que yo. Yo todo el tiempo veía a mi hermano que estaba dibujando… y pintando… y haciendo cosas y pues… le volaba sus cómics y los leía. Entonces me di cuenta pues de que estaba padre dibujar y poder contar historias a través de eso, pues me llamaban mucho la atención. Antes yo tenía el deseo de estudiar cine. Así que tomé muchísimos cursos, talleres de cine, narración, cosas cinematográficas, afinidad, efectos especiales, maquillaje… y luego me di cuenta de que… trabajar en cine es trabajar en equipo y yo [jajajaja] jamás me… jamás encontré un equipo con el que yo pudiera trabajar, con el que me sintiera a gusto. Para esto pues yo estudiaba esas cosas a los 15, 16 años y todas las personas con las que yo tomaba cursos tenían 20, 30 años, ya 35, 40, jajaja. Entonces… pues yo era como la más chiquita, como de «Sí, vamos a hacer las cosas» [en voz infantil]. Pues obviamente… las cosas no siempre salían bien, así que me desanimé de seguir ese camino y me di cuenta de que puedo contar historias por mi cuenta en mi cueva: siendo ilustradora y pues fue por eso que decidí seguir por ahí.

Diana Zela

Sin título.

MAFA: En tus ilustraciones y cómics hay una amplia referencia a la Literatura. ¿Qué tanto influye tu yo-lectora en tu yo-ilustradora?

Creo que mucho. Últimamente… justamente después de que entré a trabajar, mi cerebro ya no podía leer más. Estaba tan cansada que… o sea, al principio, todavía cuando yo entré a trabajar, iba en el metro y leía, regresaba en la combi y leía. Y antes de eso, toda mi carrera, mi secundaria, mi preparatoria, era leer. Yo tengo un cuarto que está lleno de libros: libros infantiles, de literatura, textos, cosas de ciencia, porque eso me gustaba mucho: leer. Me gustan mucho los libros y me gusta mucho el libro como en su forma, pero dejé de leer, es decir, como lectora formal hace… hace dos años, o tres. Pero sí tengo como muy presentes cosas de libros, más de libros infantiles y cómo de ciencia ficción y cuentos para niños que me gusta retomar con lo que hago. Pero sí son importantes para mí.

Inktober 3. Diana Zela

Ilustración para el «Inktober». 

MAFA: Parece que eres muy aficionada a los dibujos animados. Se me viene a la cabeza Hora de Aventura, jajaja. ¿Cómo influye esta afición en tu obra como ilustradora?

¿Cómo en los dibujos animados? Pues me gustan mucho, creo que siempre me ha gustado ver caricaturas. Creo que al igual que a muchos de los que estamos en este show de la artisteada y la ilustración y así como el diseño gráfico. Pasaron los doce años y no dejamos de ver caricaturas y programas para niños. Nos entretienen. Últimamente yo soy muy aficionada a un programa que se llama Bob’s Burgers.196220_424767850912555_1352415713_n

Sin título.

MAFA: ¿Bo…? ¿Bob’s…? ¡Ah! Ok, Bob’s Burgers.

Me gusta como… O sea, como la idea de un family sitcom y como la posibilidad de contar historias como a través de dibujos animados que son dirigidos a adultos, no necesariamente a niños. Me gustan… las caricaturas. Creo que igual que a todos los que ilustramos, no importa cuánto tiempo pase, siempre nos vamos a acercar a hacer algo para divertirnos y reforzar ideas, buscar formas de contar historias, pero sí son muy importantes en mi vida, por ejemplo, ahora mismo con esta caricatura, lo que me gusta es que es una caricatura que no es para niños, es una caricatura que va dirigida para adultos. Me he puesto a buscar cosas de sus fans y la gente sí cuenta sus experiencias: «Es que yo vi un programa con mis hijos y me gusta que tengo la posibilidad de ver un programa para mí que mis hijos también pueden ver» Es como esa idea de contar historias de familia a través de dibujos no necesariamente con personas, no sé, creo que sólo es padre.

MAFA: Entonces las caricaturas y la Literatura son lo que te inspira a crear personajes ¿no?

Sí, es lo que más me gusta.

MAFA: ¿Y qué más? ¿Hay algo más? Que vayas en la calle y digas: «La señora de las verduras…»

Antes tenía una cosa muy rara que hacía. Durante toda la carrera, no tuve coche; entonces me la vivía en el pecero, en el camión, en el trolebús, y la gente se me acercaba mucho y me hablaba de la nada. Yo estaba así como [jajaja] con mi libro y con mis audífonos leyendo y las doñas y los señores se acercaban y me hablaban y me contaban su día, o siempre me la pasaba viendo a las personas en el camión, las cosas que hacían. Luego salía de la ENAP súper tarde, llegaba a mi casa como a las 12 de la noche, pero tenía que bajar del camión y subir caminando hacia el cerro, ya por donde vivo. Entonces constantemente… no sé si tenga suerte ó qué, [jajaja] pero más de una vez me senté con un vagabundo afuera de la secundaria en la que yo estudiaba y me invitaba un café . «Ah, sí, es que yo vivo aquí en la calle porque me cansé de vivir con mi esposa y mejor me fui de mi casa». Era muy raro, pero los vagabundos me hablaban mucho [jajaja]. La gente en la calle me hablaba mucho, era muy normal que conociera a gente en la calle, caminando de regreso a casa, en el transporte público. Pero era extraño, porque en la escuela yo me alejaba de todo el mundo, pero me interesaban mucho las historias de lo que pasaba alrededor, como la historia del «hombre común» que vive en la calle al que nadie le hace caso. Supongo que tenía mucha suerte y nunca nadie me mató o me asaltó [jajaja] o nada así, supongo que sólo tengo suerte, pero tenía mucho como esa tendencia a hablar con extraños, me gustaba mucho hablar con ellos y a veces después de que terminaba de hablarles los dibujaba. Mi dibujo no es técnicamente tan bueno, eh… pero antes no me importaba ¿sabes? Era como «Voy a dibujar a esta señora gordita que me acaba de regalar una torta porque…» No sé, no sé. Tenía mucho como esa visión de hablar con la gente.

Portada de FanPage1. Diana Zela

Sin título.

MAFA: Acabas de decir: «Antes no me importaba mucho». ¿Ahora sí te importa?

Sí, creo que, por ejemplo, todo este tiempo que estuve trabajando, mi trabajo era dibujar, pero era dibujar con vectores. Puedo decirte que por año y medio no agarré un lápiz y no dibujé porque estaba cansada y saturada y no… Yo llevo mucho tiempo sin dibujar, volví a dibujar por los trabajos de libros de texto que me salieron, y si no hubiera sido por eso, probablemente hubiera aplazado un poco más el volver al proceso de dibujo y como de creación. Porque sí lo dejé de lado mientras estaba trabajando en una oficina. Entonces ahorita que estoy intentando volver a dibujar pues me doy cuenta como de cosas que quiero aprender para mí, para mejorar mi técnica y para mejorar mis posibilidades técnicas para contar algo; porque ahora veo mi trabajo hacia atrás… me puse a hacer una limpieza de invierno en mi casa y cambié mi estudio a mi cuarto, entonces encontré como todos mis cuadernos de dibujo viejitos y dije: «No mames, están súper culeros». Tengo que ponerme a dibujar, tengo que mejorar eso, no puede ser que siga dibujando como dibujaba hace tanto tiempo. Sí me di cuenta que dibujo diferente pero no dibujo todavía como yo quisiera. Ahorita estoy intentando reforzar eso, aprovechar mi tiempo libre para reportar mi práctica y mejorar mis procesos.

Pronombres Personales. Diana Zela Ilustración

Libro «Pronombres Personales», ilustración de Diana Zela.

MAFA: Me llama la atención que dices: «No, todavía no dibujo como yo quisiera» y recuerdo que en algún momento en una clase me decías: «Es que lo difícil no es dibujar, lo difícil es contar un mensaje o hacer llegar un mensaje. Contar una historia tuya, un mensaje a través de los dibujos».

Sí, es por ejemplo, es algo… Eso antes me preocupaba mucho, pero por ejemplo, todo este tiempo no dibujaba, pero sí escribía cosas. Por un año y medio me puse a escribir cositas con historias, o cuentitos que yo quería hacer y me puse a leer libros de «Cómo contar historias» ó «Cómo hacer un pitch» y tomé un diplomado de narrativa gráfica, siento que mi problema ya no está en cómo saber contar algo y siento que tal vez ya puedo, puedo a través de un dibujo saber como tengo que hacer las cosas para expresar cierta idea, pero siento que me falta. Ahora mismo siento que me falta, que mi debilidad está en poder tener el dibujo que quiero para poder contar la historia que necesito.

Inktober 2. Diana Zela

Ilustración para el «Inktober».

MAFA: ¿Crees que en el ¨Todavía no puedo dibujar como yo quisiera» hay una influencia de la Academia? O sea, ¿es una influencia más que nada que te deja la Universidad de «Así debes de hacerlo y así debe ser, bla, bla, bla» o es algo que tú fuiste construyendo en el manejo, autónoma y cómo fue?

Pues creo que no tanto, la carrera la verdad a mí sí me influyó. Tengo varios conocidos que odian haber ido a la Universidad y consideran que fue la pérdida de cuatro años de su vida, pero yo me la maté en la Universidad. Tuve maestros muy buenos que me enseñaron cánones de dibujo básicos y pues obviamente sientes que mata tu creatividad y es que: «No es que yo quiero dibujar como el gran artista y expresar mis sentimientos» pero llego a un punto ahorita en el que sí me di cuenta de que no puedes llegar a querer construir todo sin saber las bases ¿no? Ahorita lo que yo quiero es retomar el dibujo un poquito más anatómico, un poquito más real, para después, ya dominándolo, poder irme hacia dónde yo quiero, pero sí siento que mi formación como ilustradora eran los maestros que me daban libros como «Oye, mira, chécate estas pinturas, vete a la biblioteca y busca tal artista y ve cómo eran sus cuerpos, cómo eran las líneas, cómo era su forma de dibujo». Yo siento que la escuela sí me formó bastante bien con lo que respecta a eso, pero es un show de: Salí de la carrera hace tal vez cuatro años [jajaja], tres años, me dieron casi cuatro, he dejado de dibujar de esa forma y sí siento que es algo que al menos yo necesito retomar para poder volver a mi línea que quiero desarrollar con lo que hago.

Inktober 4. Diana Zela

Ilustración para el «Inktober».

MAFA: Me acordaba de un maestro, que omitiendo varios detalles, decía básicamente «No todos pueden dibujar», «Esta carrera no es para todos y aunque te guste y te apasione, si no eres bueno haciéndolo, no lo vas a hacer».

Sí, creo que eso habla mucho como de que… obviamente hay gente que nace con un don ¿no? Mi hermano y mi tío, así, son la mamada para dibujar, son perfectos, te pueden dibujar así lo que se les pinches ocurra y les queda bien, porque, o sea, yo siento que sí hay algo. Obviamente si tú naces como con un «don» para el dibujo, las cosas van a ser más fáciles para ti, pero justo ayer estaba viendo un video de una señorcita, una mujer japonesa que hace música y la señora hablaba como de que uno para hacer lo que quiere tiene que… hay como tres elementos: uno es obviamente el don y la facilidad para hacer algo, pero los otros dos elementos eran la perseverancia y como que si tu tienes un deseo de dominar algo y realmente eso es lo que quieres, sólo necesitas práctica para dominarlo y obviamente siempre vas a tener en contra que tal vez no naciste siendo como la persona con los dones desarrollados, pero yo por ejemplo, cuando decían eso en la carrera «cosas que si no sabes no vas a saber» y «por más que lo intentes no vas a ser bueno», creo que sí es algo como muy idiota ¿no? No se si es absurdo pero yo sí creo en el «si te esmeras y así lo único que haces como todo el día es como esto, te va a salir». Yo creo que tiene más que ver el hecho de que puedas saber que quieres y te quieras aferrar. Creo que se trata como de aferrarte a eso «Y yo me voy a aferrar» y «Voy a aprender a dibujar no importa cómo y le voy a dedicar días». No sé, siento que es más un show de dedicación que un show de tener un don, porque conozco personas que son muy buenas dibujando, pero su interés no está en dibujar, entonces no lo hacen. Pueden agarrar y decir «Ah, sí, te puedo hacer un dibujo de un escorzo femenino y la proporción es perfecta y mi línea…» Pero no lo hacen porque no quieren.

Inktober 5. Diana Zela

Ilustración para el «Inktober».

Inktober 6. Diana Zela

Ilustración para el «Inktober».

MAFA: Bueno, esto es una observación que no solamente veo en ti: veo autorretratos en tus ilustraciones ¿no? Yo te veo como muchos de tus personajes, los veo en realidad como autorretratos y… me es muy difícil dejar de pensarlo cuando los veo. Pero me he dado cuenta que es algo que sucede muchísimo en las mujeres que ilustran. Es decir, sus personajes se basan en ellas de alguna forma, pero solamente lo veo en las mujeres. ¿A qué crees que se deba?

Yo lo he visto también en hombres. La referencia más cercana que tengo a alguien que dibuja es mi hermano. Obviamente conozco a ilustradoras. Con mi hermano sólo me acuerdo como desde chiquita yo siempre decía «Es que Richie siempre se dibuja el solito ¿no?» Cuando yo conocí a amigas que también ilustraban sí me di cuenta de eso. Me di cuenta de que a veces no era que quisieran. A veces sólo dibujaban y era como: «Maldita sea, otra vez salí yo», pero creo que… y alguna vez me lo explicaron, que era como un show de: «Tú eres tu mayor modelo». A mí me lo decían mucho en la carrera y haces que sean como tú. Te ves mucho a ti mismo. Todo el tiempo te ves en un espejo. Tú eres tu mayor referencia para crear algo, entonces a veces aunque no quieras, cuando dibujas, yo siento que no hay forma de evitar que: «¡Ups! Salí yo otra vez». Pues porque llevo viviendo conmigo misma 27 años y tal vez no es algo que sepamos explotar. Sé que hay muchas ilustradoras que lo hacen a propósito, porque es como «¡Ah! yo me voy a dibujar haciendo como estas cosas», pero creo que a muchos nos sale como de forma accidental. Es como: «¡Oh, no! Salí de nuevo». Porque yo soy lo que veo todos los días.

Diana Zela Ilustración

Sin título.

MAFA: Me llama la atención que en muchas de tus ilustraciones digitales hay una textura. Hay ciertas texturas o efectos que das como granulados, como si quisieras darle algún toque que fue hecho de una manera no digital.

Sí, veo muchos libros de texto para niños y últimamente los libros ilustrados son en su mayoría digitales y hay gente que… o sea, yo lo he visto como: «¡Ah! Hago mis plastas en vectores pero les pongo texturas y entonces siento que eso hace que estén un poco menos muertos». Es como algo que estoy intentando retomar. Por ejemplo, yo trabajo con Illustrator. Soy muy mala usando Photoshop. Photoshop y yo no nos entendemos [jajaja]. Y obviamente Illustrator por sus características tiende a dar resultados planos, entonces lo que hago es como: hago mis vectores y después procedo a jalarlos a Photoshop y meterles texturas y cosas para que no se vean tan planos ¿no? Es mi proceso. No me gustan tanto los acabados lisos, sin volumen.

Arte Popular. Diana Zela

«Arte Popular», Ilustración Digital.

MAFA: ¿Cómo fue tu experiencia realizando un Art Toy. Vimos tus proyectos de Piti Piti, fueron 3 o 4. ¿Planeas otro proyecto similar?

Sí, tengo una serie de personajes como los de Piti Piti. Desarrollé un personaje que fue el personaje principal del curso que era como un tipo de monstruo que tenía características medio tribales, como cosas pintadas en la cara o en la piel y esos son personajitos que yo había desarrollado en algún momento y que ahora que tengo tiempo, quiero poder acabar el proceso de plasmarlos de forma tridimensional. Cuando tenía intención de hacer una tesis, jajaja, mi tesis era sobre desarrollo de juguetes y siempre me ha gustado mucho modelar y esculpir, tomé talleres de eso, y pues encontré que la salida al Plush Toy, como al juguete de peluche, era también como una forma de escultura bastante entretenida. La posibilidad de sacar tus personajes del papel y ponerlos en una pieza tridimensional que alguien pueda tocar y con la que alguien puede interactuar. Creo que es algo que siempre me ha llamado la atención y esa era la primera rama a la que yo me quería dirigir, la escultura y la creación de personajes tridimensionales para juguetes, y no para ser contemplativos. Es algo que me llamaba mucho la atención y es algo que quiero seguir.

TOY 1. Diana Zela

«Piti Piti», Plush Toy.

TOY 3. Diana Zela

«Piti Piti», Plush Toy.

MAFA: Ok, vimos tu escultura «Hada de los Dientes», creo que tiene…

Sí, tiene un chorro, un buen…

Hada de los sueños. Diana Zela. Escultura

«Hada de los Dientes», escultura. 

MAFA: Me llamó la atención como esa forma tan poco común de representar un hada. Técnicamente a mí me impresionó mucho.

Es… fue… esa escultura la hice hace como 6 o 7 años, tal vez. Estaba en la carrera y tomé un curso sabatino con Francesca Dalla Benetta. Es una escultora italiana que se vino a vivir a México cuando filmaron Apocalipto y se quedó, entonces ella va y viene de Italia y tiene una forma muy específica de trabajar. Trabaja con plastilina epóxica, la mezcla como con plastilina de forma tal que el material tiene un tiempo bastante amplio de trabajo, no se seca tan rápido, y pues el proyecto era como decir: «Oye, desarrollen algo, desarrollen algo para ustedes» y a mí siempre me han llamado mucho la atención como… Yo sé que todo mundo dibuja como «chicas lindas y delgadas», pero a mí, como la idea de… Mi mamá es una persona como caderona y con carne y yo también así soy: tengo grasa, papadita y entonces, eso siempre me ha llamado muchísimo la atención, entonces cuando decidí hacer el proyecto para este taller… yo tenía muchas ganas de desarrollar un hada, pero pues no quería un hada como normal, ¿no? Yo pensé como esa hada de los dientes que se la pasa tragando todo el tiempo. Quiero que entonces esté así como súper gordita y pues toda rara y fue lo que hice. De hecho todavía la tengo ahí. Falta pintarla, algún día me animaré a entrar al color.

MAFA: Platícanos del proyecto «Son las 2». ¿Cómo surge? ¿Por qué? ¿Quién decide hacer ese proyecto?

En la carrera tomé un par de clases con la Mtra. Alicia Portillo. Me gustó mucho su forma de enseñar y luego que me di cuenta de que había compañeros que llegaban con libretas. A mí siempre me han gustado los libros, entonces siempre me ha gustado el cuerpo de una libreta o un cuaderno y les dije como: «¿Oye, dónde hicieron eso?» «-¡Ah! En el taller de Alicia Portillo. Entonces me di cuenta de que era una clase, era una optativa, y pues me inscribí. Me gustó mucho. Yo no sabía que me gustaba encuadernar y me apasionó como idea del proceso artesanal de poder llevar a cabo algo para tener algo tan sencillo como un cuaderno y lo estudié en la carrera. Estuve un año en su taller y luego por casualidad me empezaron a salir proyectos a raíz de eso. Más bien lo único que yo quería era hacer mis propios sketchbooks ¿no? Con «mi papel y el tamaño que yo quiero». Esa era mi única intención, pero luego me empezaron a pedir, luego los publicaba en redes sociales y era como «Oye, yo también quiero uno» y entonces empezaron a salir chambitas y mi novio me dijo: «Oye, ¿por qué si te están pidiendo eso, por qué mejor no abres una página aparte?». Porque ya tenía mi bandeja de entrada del Facebook llena de mensajes de: «Oye, cotízame, mándame fotos, que no sé qué» y me dijo: «Pues igual si haces una página de Facebook aparte vas a tener la oportunidad de tener un poco más de orden en eso» y la abrí y llevo cuatro años con eso y no ha parado. No hemos dejado de tener proyectos. Hemos tenido proyectos muy padres. Me acuerdo mucho que fuimos a una casa hogar de niñas por Insurgentes. Una amiga ilustradora que estaba haciendo su proyecto de Maestría trabajando con niñas, enseñándoles a desarrollar cómic nos invitó a la casa hogar. Nos dijo: «Es que luego yo voy a la casa hogar y les doy talleres a las niñas de dibujo, no sé si ustedes quieren ir a darles un taller de encuadernación» Eran niñas como de entre siete y catorce años. Y pues ya, mi novio y yo preparamos kits básicos de encuadernación y les fuimos a enseñar una encuadernación muy básica y la verdad es algo que nos gustó mucho. La idea de trabajar con niñas que no están acostumbradas mucho al contacto con otras personas nos pareció muy interesante. Después de eso nos empezaron a salir trabajos… pues de conocidos, como «la conocida del Facebook que tiene un amigo que tiene una agencia que necesita no sé que cosas…» Entonces empezamos a producir más grande y fue entonces cuando recluté a mi novio y le dije como: «Oye, ¿sabes qué? [jajaja] Tú me metiste a esto, así que ahora a ti también te toca ayudarme». Los dos llevamos ya tres años metidos en eso. Hay veces en las que tenemos mucha chamba. Hemos trabajado como para algunas agencias… y también hemos trabajado con Hula-Hula y pues he salido con chamba como de todo, cosas que no hemos esperado. Hicimos unas Biblias para Google, con piel y pusimos sangre de nuestras manos, hemos hecho de todo, o sea, desde las cosas como más comerciales hasta cosas como «Armar libros de artista» y pues obviamente lo más comercial que hacemos son libretas impresas para ilustradores, pero es un proyecto que no ha parado, que la verdad no hemos crecido, no hemos pagado publicidad para que la gente nos conozca, como que es más que la gente ha recurrido a nosotros, como: «¡Ah! Es que hacen esto. Es que se va en una línea que recomiendan nuestro trabajo y pues así es como mantenemos el proyecto vivo.

Son las 2. Diana Zela

Libreta de «Son las 2» (detalle).

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Libreta para el «Inktober».

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Libro «El Túnel».

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Libro «El Túnel».

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Libro «El Túnel».

MAFA: Hay otro proyecto que vimos que se llama «La Patrulla Ñoña». ¿Ese qué es? ¿Por qué surge?¿Quiénes son?

Es un proyecto de fanzine que tenemos… Tengo unos amigos de la carrera, mis tres amigos de la carrera del área de ilustración. Arthur, Ray y Selma. A Arthur siempre le ha gustado mucho como el fanzine, y un día nos dijo: «Oigan, fui a un evento de fanzines y miren, son éstos», y nos los enseñó, y pues eran como cómics bastante básicos. Un día estábamos en su casa comiendo pizzas y fue como: «No mames, hay que hacer un fanzine ahorita” y entonces nos agarramos unas hojas. Estábamos medio borrachos, medio cansados, desvelados e hicimos un cómiccito, le sacamos unas copias y la siguiente semana lo fuimos a regalar a un evento de fanzines y pues como que gustó, como que les dio risa y pegó. Entonces empezamos o intentamos decir: «¡Ah! Pues hay que mantener a la Patrulla Ñoña viva» y ese año trabajamos mucho, sacamos un número cada dos meses. Logramos sacar, me parece que seis números, y después todos entramos a trabajar y ya no tuvimos tiempo de seguirlo, pero sí, la idea era que cada quien contara una historia de tres a cuatro páginas, para poder reproducirlo y luego ir a distribuirlo a eventos donde la gente hace eso.

Sueño de una tarde de verano, Mixta. Diana Zela

«Cuento de una Tarde de Verano», cómic para la «Patrulla Ñoña».

MAFA: Bueno, vemos que haces ilustración, animación (poquitito), historieta, Art Toy… ¿Qué es lo que más te mueve?

Lo que más me… ahora mismo lo que yo quiero dominar es ilustrar. Pero mi goal creo que siempre ha sido como esa idea de sacarlo a lo tridimensional, entonces creo que la escultura y el modelado y tal vez como de ahí se derivaría un poquito el stop-motion. Creo que ahora mismo quiero dominar mi dibujo, pero quiero a la larga poder sacar esos dibujos a a la vida real, al 3D, para poder después darles vida, aunque sea de formas muy básicas ¿no? Cuando iba en la preparatoria solía hacer como mucho «Ah, tengo este alambre y tengo este masking-tape» y entonces me ponía a hacer como muñequitos, con mi Nokia noséqué sacaba fotos y los animaba y hacía como animaciones en stop-motion súper chiquitas en mi casa en las tardes y eso me gustaba mucho y era algo que hacía sola, entonces fue como: «¡Ah! puedo animar estas cositas yo sola y no tengo que pelearme con nadie» y sólo… Creo que mi goal va como para allá, a regresar a lo que siempre me ha gustado que es el cine. Mi vida giraba en torno al cine hasta antes de entrar a la carrera. Entonces creo que de alguna forma quiero poder crear cosas para yo por mi cuenta poder volver un poquito como a esto y ajá, pero sí como la idea de sacar la escultura para poder después sacarla procesos de animaciones como que me llama la atención.

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«Piti Piti», Plush Toy.

MAFA: ¿Qué le dirías a estas chicas, a las mujeres en general, que piensan iniciar una carrera en las Artes, que están comenzando una o que están indecisas porque han escuchado comentarios como los que te comentaba sobre: «No, no eres buena, no la vas a hacer…»

Mira, por ejemplo, mi hermano es una parte muy importante dentro de mi desarrollo como persona, como artista, como lo que sea. Y yo te puedo decir que él fue a la ENAP, era un alumno destacado. Los maestros que yo tuve en Ilustración lo tenían a él como alumno; entonces mis dos últimos años de carrera fue un constante escuchar «¿Por qué no haces las cosas como tu hermano?», «¿Por qué a ti no te sale esto?», «¿Por qué tú no dibujas bien?», «¿Por qué tú no sabes pintar con acrílicos?», «¿Por qué tú no sabes pintar al óleo?», «Porque tu hermano sabe». O sea, como que yo toda la carrera escuché eso, como: «¿Por qué si tu hermano es tan bueno y es tan buen ilustrador…por qué tú no?». «Entonces… ¿por qué no te dedicas a algo más?», ó «Te sale como esto de las libretas, ¿no? ¿Por qué no te dedicas a eso?». Pero tuve mi primer maestro de la carrera, había una cosa que era como «exploración de materiales» o no sé qué. El maestro constantemente me decía… Yo la verdad empecé a dibujar unos años antes de entrar a la carrera, o sea, yo no era como «Yo dibujo desde chiquita». Constantemente desde que entré a la carrera era como: «¡Híjole! no te sale tanto, como que tú eres más artista». Muchos maestros me decían, o tenían esa idea muy idiota de: «¡Híjole! Si no sabes dibujar muy bien es que seguro eres artista visual, eres más expresivo, entonces mejor pásate a Artes» ó «Como que se ve que lo tuyo es como la filosofía, mejor pues deberías… no trates aquí, porque, es que yo creo que no la vas a armar». Esos comentarios los recibí toda la carrera y sigo aquí ¿sabes? He vivido de hacer dibujitos como desde hace cuatro años, jajaja. Entonces, muchos maestros, que en su momento me llegaron a decir eso, son maestros que no ejercen, son personas que se dedican a la docencia, que salieron de la carrera y nunca encontraron trabajo y se dedicaron a enseñar. Entonces uno sabe de dónde toma sus críticas y yo no tomé las críticas de ellos, o sea, yo sé que técnicamente no soy lo que todo el mundo me dice que tendría que ser por la familia que tengo, pero, ¿sabes? creo que es un poquito de que entonces tú tienes que tomar una posición de «Pues me vale madres, a mí me gusta hacer esto y pues a mí me gusta y me está haciendo feliz y no está lastimando a nadie, entonces pues no es problema de nadie más». Creo que es algo que yo escuché toda mi carrera y que vi compañeras que batallaban con el dibujo y batallaban con cosas y era una cuestión como de «¡Híjole! Entonces tú hubieras estudiado algo más». Como esos comentarios, como un poco machistas de «¡Híjole! Tal vez la artisteada no es como lo tuyo ¿no?» Como pues una se tiene que aco… o sea, tristemente te acostumbras a escuchar ese tipo de cosas y a dejarlas pasar ¿no? Y procuras que no te importen y te quedas, pues te quedas ahí, pero siento que es algo que pasa. O sea, si algo te gusta, sólo hazlo. Mamá siempre decía. «es que si algo te gusta, sólo aférrate y hazlo» ¿no? Cuando mi hermano dijo «Ay, yo me voy a dedicar a ser ilustrador», mi papá fue como, obviamente como todos los papás «te vas a morir de pobre» [jajaja] «¿De qué vas a vivir?», que no sé qué, «te vas a dedicar a ser drogadicto», una cosa así. Pero a mi hermano se lo pasaron, pero cuando fue mi momento… Todavía después de que acabé la carrera, mi papá me sigue todavía diciendo: «¿Por qué mejor no eres contadora?», «¿Por qué no mejor te pago un diplomado?», «Te pago una carrera completa de Licenciada en no sé qué», «Hazte contadora», hazte no sé qué, «Hazte algo con lo que tú si vayas a poder.» Es una cuestión de, o sea, en este caso ni mi papá confía en que yo vaya a lograr esto ¿sabes? Mi mamá dice «Pues que te valga madres y haz lo que quieras y que pues a él no le afecte, ¿no?» Entonces yo he escuchado el «No lo vas a lograr y no lo vas a hacer y nunca vas a ser tan buena » en la escuela, en la casa, así… todo el tiempo, pero aquí sigo y me he aferrado porque me gusta y me hace feliz, entonces mi mamá siempre me dice: «Mientras algo te haga feliz, pues tú hazlo y que no te importe como nada más» y es lo que he estado haciendo, y me ha funcionado, creo, jajaja.

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Sin Título.

MAFA: ¿Tú crees que en este caso, que le dijo lo mismo a tu hermano pero lo dejó pasar… y a ti no, crees que sea una cosa de género?

Yo creo que sí, es una cuestión de falta de… mucha falta de confianza. Mi papá es doctor, es anestesiólogo. Es una persona que estudió mucho. Mi papá es inmigrante. Es peruano. Él llegó a México cuando tenía como 16 años, él vino con sus primos, con una mochila y llegó a México. Mi papá tiene una historia bien curiosa. Toda su familia en Perú tiene una línea de autobuses, todos se dedican a la empresa familiar. A mi papá lo mandaron a…, y eso fue como la herramienta que mi mamá me dio para defenderme de él ¿sabes?. Mi papá vino de Perú a los 17 años, pero sus papás lo mandaron aquí a estudiar aeronáutica para que su empresa en Perú pudiera crecer como una empresa de medios de transporte y mi papá llegó aquí y dijo: «¡Ni madres! ¡Yo no quiero estudiar aeronáutica!» Estuvo estudiando en el Politécnico creo que un año y lo mandó a la verga y dijo: «Esto no me gusta, voy a ser doctor», y sin decirle a nadie, se fue, cursó sus materias, se metió a la escuela de Medicina y se hizo doctor y todo el tiempo que él estuvo aquí su familia pensaba que él estaba estudiando para otra cosa. Mi mamá me contó eso y me dijo: «Entonces cuando tu papá venga y te diga qué por qué no haces lo que él dice que estés haciendo, recuérdale cómo fue que él llegó al país», porque a él también su familia le estaba diciendo que hiciera una cosa completamente diferente y él decidió hacer lo que era lo que a él le gustaba, y yo entiendo el temor de mi padre… Él es médico anestesiólogo, no sufre por dinero. Tiene cuatro hijos con mi mamá, tiene otras dos familias. Tengo tres medios hermanos, que sí los puede mantener porque su trabajo le da para sustentar económicamente a sus familias. Yo entiendo mucho la lógica del miedo que tienen nuestros padres a no tener una seguridad económica, pero mi papá también es un caso raro, porque él quería estudiar medicina, pero quería ser cirujano cardiaco… o no sé. Quería estudiar otra especialidad. Pero al final no había espacio, entonces tuvo que hacerse anestesiólogo. Estaba dentro de la rama que quería, pero no realmente en la especialidad que él deseaba y él tiene una cuestión de «el trabajo te tiene que dar para comer, no necesariamente te tiene que hacer feliz». Entonces él tiene un trabajo muy bien pagado. Tiene un trabajo que lo sustenta en el que ha trabajado los últimos… no sé, 30 años de su vida, pero sí he escuchado como comentarios de ese tipo como… «Yo trabajo en esto. Tal vez no siempre me gusta, pero es lo que me gusta hacer». Mi papá se va a jubilar de su primer trabajo y le quedan sus freelance y otro trabajo, entonces es como: «¡Ay, voy a volver a pintar» y entonces salió el tema de que mi papá vino a México porque a él le gustaba mucho leer cómics de Linterna Verde, o sea, como cómics de súper héroes y se dio cuenta de que todos los cómics de súper héroes venían de México, entonces él escribió a la editorial en México y les dijo: «Oigan, quiero ir a México a estudiar» y alguien dentro de la editorial se tomó la molestia de responderle la carta al niño de Perú que dijo «Oigan, ¿dónde estudio aeronáutica?» ó «¿Dónde estudio Medicina?». Alguien se encargó de pasar ese contacto. O sea, mi papá llegó a México porque alguien dentro de una editorial de cómics le dijo como: «¡Ah! Pues en el Poli puedes estudiar lo que quieres». ¿No? Y mamá dice: «Es que es irónico que tu padre quiere es que se alejen de ese mundo y se alejen de ser artistas cuando fueron los cómics los que lo trajeron aquí». ¿No? Cuando mi papá me desanimaba mucho con respecto a lo que yo quería estudiar, mi mamá me decía: «No, vente». Y mi mamá guarda como cositas que mi papá le daba. Tiene un álbum con dibujos, mi papá dibuja un chingo. Dibujaba bien. Escribía como poemas y tenía una parte creativa bastante viva que murió cuando entró a trabajar… Mi mamá me dice: «Tú papá era mucho como ustedes eran cuando era más jóven». ¿No? Como esta idea de «¡Ah! ¡Quiero dibujar y quiero crear!» Eso es algo que mi papá hacía mucho, pero mi papá por la responsabilidad familiar lo tuvo que dejar y se tuvo que dedicar a su trabajo de lleno. Pero ahorita que ya que se va a jubilar está como «Quiero aprender a animar, quiero aprender a pintar» y se compra sus kits de pintura, pero mi papá si entiende mucho como este show de la parte creativa como una parte de hobby y entretenimiento que no te va a dar para vivir, pero cree más en eso como por mi lado ¿no? Porque yo soy la más chiquita de cuatro hermanos, al menos dentro de mi… de hijos de mi mamá y mi papá, y entonces es como: «Ya se arriesgó mucho tu hermano, ya mejor no te arriesgues tú. Mejor busca algo más seguro que te vaya a dar como para vivir» y esos son comentarios que yo escucho constantemente. Todas las veces que lo veo es como: «Es que ni se ha titulado», «Es que no la va a armar» ó «Ya está bien que haya trabajando para editoriales y que ya haya ilustrado libre y que ya haya tenido una o dos exposiciones». «Pero yo creo que sigue siendo un hobby». Y es mucho una cuestión de género, porque yo con mi hermano lo vi. O sea, vi que batallaban y era como: «No, Richie, ponte a estudiar algo más», «sé abogado», pero a él le terminaron los reproches al primer año de la carrera, cuando vieron que era como un gran artista y que dibuja bien chido. «Ya lo publicaron en no sé dónde». Mi hermano tuvo procesos de crecimiento muy rápidos. Ganó concursos y le ha ido muy bien. Por parte de mi padre en el proceso comparativo era como: «No manches, es que Richie a la edad de Diana ya tenía tantas publicaciones, ya había ganado tantos concursos». Y yo soy un poquito más lenta. Es como: «Yo voy a mi paso poco a poco desarrollando las cosas que quiero» y sí entiendo mucho la preocupación que tienen nuestros padres cuando nos dedicamos a una cosa de este tipo, pero sí siento que al menos a mí como mujer, me ha tocado un poquito más el reproche que a mi hermano por ser hombre.

Richard. Diana Zela

«Richard», ilustración.

MAFA: Dices que de repente escribes… ¿Planeas publicarlo en algún momento?

Eh… Quiero hacer unos cómics. Normalmente me pasa, no sé si es algo en mi cerebro; yo tengo sueños muy vívidos, entonces tengo la costumbre de que a veces sueño cosas muy raras que son de dónde han salido las historias que hice para «Patrulla Ñoña» ó cosas así. Normalmente son cosas que sueño, entonces como desde chiquita mi mamá me… pues yo siempre me paraba y le decía: «¡Ay! Es que soñé que iba en unos unicornios-pingüino en la Antártida y… no sé, cosas pendejas y estúpidas y mi mamá era como: «Vamos, escríbelo» y no soy como buena escritora. No soy… así, escribo de la verga… si escribo en el Facebook… estoy llena de faltas de ortografía y cosas así. Soy muy mala para escribir, soy muy mala para redactar, pero me gusta contar historias, entonces en algún punto quiero tomar un par de clases para poder escribir cuento… porque justo cuando estudiaba cine estaba mucho esta cuestión de… Llegó un guionista y nos dijo: «A ver, de todos ustedes: ¿Quién quiere ser director?» y todos levantamos la mano. «No pues todos queremos ser directores» y él nos dijo: «¿Y qué van a dirigir? ¿Qué historias van a contar? O sea, el mundo del cine no puede vivir de adaptaciones ¿no?» Literal. «¿Qué historias nuevas van a contar?» Entonces dije: «¡No mames! sí es cierto» ¿No? Y entonces fue cuando me empecé a dar un poquito cuenta de que, pues faltan personas que cuenten historias ¿no? Personas que dibujen y que dirijan y que hagan mil cosas. Existen, pero siempre nos hacían mucho hincapié en: «Faltan personas que cuenten historias» Entonces si en algún punto quiero poder desarrollar un poquito esa parte un poquito más literaria de contar como cuentos pero obviamente reforzado como ilustradora, como en otras cosas que nos gusta hacer…

Diana Zela Retrato

Diana Zela y sus ilustraciones.

Entre churros con canela y un chocolate caliente, el verdadero sabor dulce lo puso Diana Zela.

Orangután Zela

«Orangután», ilustración.

Al escuchar y releer la entrevista, estoy segura de que varias mujeres pondrán entender el mensaje que nos dejó Diana. Nos compartió un potente mensaje. Aférrate a lo que quieres de verdad, fíjate de quién vienen las críticas y que la creatividad sólo es posible si le pones tu corazón.

 

rosaura

Rosaura Jiménez

Diseñadora con experiencia en Gestión Cultural y Logística.

Escribe en secreto algunos recuerdos y sueños; es una apasionada de las sensaciones estéticas.

 

 

 

 

 

Las opiniones expresadas en los artículos son de exclusiva responsabilidad de los autores y no expresan la opinión de Mujeres Artistas/ Female Artists.

 

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